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Otros Testimonios

Camila Astaburuaga

Artista y restauradora

María Paz Castillo

Ex alumna Liceo Nº1 Javiera Carrera

Milton Lee

Ex dirigente del Frente Estudiantil Revolucionario (FER)

Marco Moreno

Arquitecto

Lidia Rivera

Espectadora obra Calígula

Alejandro Goic

Director de teatro
Al toparnos con el Pereira, este inamovible monstruo, el que nos devoró los sesos con sus detalles ruinosos, cornisas, capiteles, ménsulas, todo a medio sostener; era  ver a un anciano decrépito sin pelo, sin dientes y los ojos con glaucoma.

Hermann Sepúlveda

Al toparnos con el Pereira, este inamovible monstruo, el que nos devoró los sesos con sus detalles ruinosos, cornisas, capiteles, ménsulas, todo a medio sostener; era  ver a un anciano decrépito sin pelo, sin dientes y los ojos con glaucoma.
Visitante
No recuerdo cuándo nuestro padre Raúl del Río Alfaro, compró el Palacio Pereira. Yo en esa época vivía en Barcelona. La primera vez que me habló del palacio se notaba que era algo grande para él. Insistió en llevarme a conocerlo. Paseamos por esos espacios en ruinas, donde la luz  colaba el tiempo de otro siglo y le otorgaba un aire fantasmal.

Patricia del Río

No recuerdo cuándo nuestro padre Raúl del Río Alfaro, compró el Palacio Pereira. Yo en esa época vivía en Barcelona. La primera vez que me habló del palacio se notaba que era algo grande para él. Insistió en llevarme a conocerlo. Paseamos por esos espacios en ruinas, donde la luz  colaba el tiempo de otro siglo y le otorgaba un aire fantasmal.
Hija Ex-Propietario