Ex alumna Liceo Nº3 de Niñas Mercedes Marín del Solar
Nury González
Ex miembro de la Federación de Izquierda de Estudiantes Particulares (FIEP)
Bien poco sé de mi abuelo Luis Pereira. Sergio Fernández me mostró un día varios tomos de relatos sobre él y su vida, que guardaba en su magnífica biblioteca; pero Sergio falleció de repente, sus valiosos libros fueron donados o repartidos entre sus hijos, y yo he podido localizarlos.
Fue el hijo mayor del segundo matrimonio del coronel Luis José Pereira y Arguibel con Rosario Cotapos Lastra, muy vinculada a la sociedad chilena colonial. La casa de los Cotapos-Lastra era centro social de la juventud de la época, y es mencionada por su lujo y hospitalidad en las memorias de María Graham. Doña Rosario era hija de don José Miguel Cotapos y Guerrero y de doña María del Carmen de la Lastra y de la Sotta, hermana del presidente de la Lastra.
Ismael Pereira
Bien poco sé de mi abuelo Luis Pereira. Sergio Fernández me mostró un día varios tomos de relatos sobre él y su vida, que guardaba en su magnífica biblioteca; pero Sergio falleció de repente, sus valiosos libros fueron donados o repartidos entre sus hijos, y yo he podido localizarlos.
Fue el hijo mayor del segundo matrimonio del coronel Luis José Pereira y Arguibel con Rosario Cotapos Lastra, muy vinculada a la sociedad chilena colonial. La casa de los Cotapos-Lastra era centro social de la juventud de la época, y es mencionada por su lujo y hospitalidad en las memorias de María Graham. Doña Rosario era hija de don José Miguel Cotapos y Guerrero y de doña María del Carmen de la Lastra y de la Sotta, hermana del presidente de la Lastra.
Al toparnos con el Pereira, este inamovible monstruo, el que nos devoró los sesos con sus detalles ruinosos, cornisas, capiteles, ménsulas, todo a medio sostener; era ver a un anciano decrépito sin pelo, sin dientes y los ojos con glaucoma.
Hermann Sepúlveda
Al toparnos con el Pereira, este inamovible monstruo, el que nos devoró los sesos con sus detalles ruinosos, cornisas, capiteles, ménsulas, todo a medio sostener; era ver a un anciano decrépito sin pelo, sin dientes y los ojos con glaucoma.