Envíanos tu relato

¿Tienes una historia relacionada con el Palacio Pereira?
¡Queremos conocerla! Cuéntanos tu experiencia y sé parte de las valiosas memorias y archivos personales que construyen la historia de este edificio. Completa los datos y una breve descripción y nos contactaremos contigo.
9 + 1 =
Resuelve este sencillo problema matemático e introduce el resultado. P.ej. para 1 + 3, ingrese 4.

Otros Testimonios

Ana Paulina Nuñez

Ana Paulina
Ex alumna Liceo Nº3 de Niñas Mercedes Marín del Solar

Enrique Matthey

Artista

María Paz Castillo

Ex alumna Liceo Nº1 Javiera Carrera

Silvia Correa

Ex alumna Liceo Nº3 de Niñas Mercedes Marín del Solar

Andrés Fredes

Artista
"Desde mi adolescencia tuve constantes pesadillas con lugares abandonados, marginales, destruidos y amenazantes, deslavados. los cuales aparecían involuntariamente en mi subconsciente. El Fondo. Ese mismo año surgió la posibilidad de fotografiar el Palacio Pereira, en ese entonces un esqueleto patrimonial desarmado y en ruinas, a punto de ser comprado por el estado. Esto permitió que pudiera obtener los fondos ideales para mis fragmentadas figuras. "

Francisca Castelblanco

"Desde mi adolescencia tuve constantes pesadillas con lugares abandonados, marginales, destruidos y amenazantes, deslavados. los cuales aparecían involuntariamente en mi subconsciente. El Fondo. Ese mismo año surgió la posibilidad de fotografiar el Palacio Pereira, en ese entonces un esqueleto patrimonial desarmado y en ruinas, a punto de ser comprado por el estado. Esto permitió que pudiera obtener los fondos ideales para mis fragmentadas figuras. "
Artista
Al toparnos con el Pereira, este inamovible monstruo, el que nos devoró los sesos con sus detalles ruinosos, cornisas, capiteles, ménsulas, todo a medio sostener; era  ver a un anciano decrépito sin pelo, sin dientes y los ojos con glaucoma.

Hermann Sepúlveda

Al toparnos con el Pereira, este inamovible monstruo, el que nos devoró los sesos con sus detalles ruinosos, cornisas, capiteles, ménsulas, todo a medio sostener; era  ver a un anciano decrépito sin pelo, sin dientes y los ojos con glaucoma.
Visitante
No recuerdo cuándo nuestro padre Raúl del Río Alfaro, compró el Palacio Pereira. Yo en esa época vivía en Barcelona. La primera vez que me habló del palacio se notaba que era algo grande para él. Insistió en llevarme a conocerlo. Paseamos por esos espacios en ruinas, donde la luz  colaba el tiempo de otro siglo y le otorgaba un aire fantasmal.

Patricia del Río

No recuerdo cuándo nuestro padre Raúl del Río Alfaro, compró el Palacio Pereira. Yo en esa época vivía en Barcelona. La primera vez que me habló del palacio se notaba que era algo grande para él. Insistió en llevarme a conocerlo. Paseamos por esos espacios en ruinas, donde la luz  colaba el tiempo de otro siglo y le otorgaba un aire fantasmal.
Hija Ex-Propietario