Ana Paulina Nuñez

Ex alumna Liceo Nº3 de Niñas Mercedes Marín del Solar

Ana Paulina Núñez recuerda el lujo del Palacio Pereira, sus escalinatas de mármol, el crucero que separaba las salas de clases y sus techos abovedados, en la época en que este espacio albergó el Liceo N°3 de Niñas. Entre los 12 y 14 años, Ana Paulina asistió en dicho establecimiento a clases en el segundo piso y a gimnasia en el patio, donde había también una cancha de volleyball. Con sus compañeras, exploró el interior del edificio, a veces más allá de lo permitido, y oyó de un cuidador de la casa que vivía ahí en esos años, viejas historias del Palacio. En aquel tiempo, el liceo se ocupó a su vez del cuidado y conservación del aspecto del edificio.

 

URL de Video remoto
Santiago
2022

Otros Testimonios

Silvia Correa

Ex alumna Liceo Nº3 de Niñas Mercedes Marín del Solar

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Vecino comercial

Gonzalo Martner

Ex-Presidente de la Federación de Izquierda de Estudiantes Particulares (FIEP)

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Ex-residente

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Cineasta

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Espectadora obra Calígula
Al toparnos con el Pereira, este inamovible monstruo, el que nos devoró los sesos con sus detalles ruinosos, cornisas, capiteles, ménsulas, todo a medio sostener; era  ver a un anciano decrépito sin pelo, sin dientes y los ojos con glaucoma.

Hermann Sepúlveda

Al toparnos con el Pereira, este inamovible monstruo, el que nos devoró los sesos con sus detalles ruinosos, cornisas, capiteles, ménsulas, todo a medio sostener; era  ver a un anciano decrépito sin pelo, sin dientes y los ojos con glaucoma.
Visitante
No recuerdo cuándo nuestro padre Raúl del Río Alfaro, compró el Palacio Pereira. Yo en esa época vivía en Barcelona. La primera vez que me habló del palacio se notaba que era algo grande para él. Insistió en llevarme a conocerlo. Paseamos por esos espacios en ruinas, donde la luz  colaba el tiempo de otro siglo y le otorgaba un aire fantasmal.

Patricia del Río

No recuerdo cuándo nuestro padre Raúl del Río Alfaro, compró el Palacio Pereira. Yo en esa época vivía en Barcelona. La primera vez que me habló del palacio se notaba que era algo grande para él. Insistió en llevarme a conocerlo. Paseamos por esos espacios en ruinas, donde la luz  colaba el tiempo de otro siglo y le otorgaba un aire fantasmal.
Hija Ex-Propietario